Ya queda poco para conocer el desenlace sobre el futuro del cometa ISON. El próximo 28 de noviembre el cometa tendrá su máximo acercamiento al Sol (perihelio), y poco después sabremos si ha sobrevivido y si será el espectáculo que todos esperamos que sea.
Mientras tanto el pasado 12 de noviembre de madrugada nos animamos a intentar fotografiarlo para, si se terminan sus días en su encuentro con el Sol, tener al menos un recuerdo de lo que pudo ser.
Esperábamos que la noche fuera espectacular, y no nos defraudó. La presencia de la Luna durante las primeras horas de la noche nos permitió obtener esta imagen del centro como si fuera de día pero con un cielo estrellado.
Tras unas pocas horas, que aprovechamos para descansar, apuntamos los telescopios a la conocida nebulosa de Orión, la reina del cielo de invierno, visible ya en estas fechas bien entrada la noche.
Poco después la presencia de Júpiter en todo lo alto llamaba nuestra atención, y aunque la estabilidad de la atmósfera no era la ideal para la fotogafía de planetas, nos lanzamos a ello.
Poco a poco se acercaba el momento de comenzar a hacer fotos al cometa ISON, visible sólo desde un poco antes del crepúsculo matutino.
Las rayas que aparecen en la imagen son las estrellas que salen movidas durante la toma de la imagen. Y es que el cometa se va moviendo poco a poco entre las estrellas. Esta foto es la composición de 75 imágenes tomadas durante 38 minutos, en ese periodo de tiempo el cometa se movió aproximadamente la octava parte del tamaño de la Luna.
En la imagen se aprecian dos colas: la de polvo, mas ancha y en horizontal; y la de iones, visible como una cola más fina inclinada ligeramente hacia abajo y compuesta por particulas del cometa cargadas electricamente por el viento solar y que son expulsadas en dirección opuesta a éste.
Ya tenemos nuestro particular recuerdo del ISON, en unas semanas sabremos si esto es todo lo que fue, o si nos brindará todo un espectáculo para contar a nuestros nietos.