La helada es un fenómeno meteorológico muy frecuente en las frías noches invernales de la meseta, afortunadamente suele ser la compañera fiel de noches cristalinamente despejadas. Aunque si después de una noche despejada pero con bastante humedad, termina por aparecer la niebla y se levanta algo de viento aparece la cencellada, visible sobre todo al amanecer en cualquier rama o poste vertical.
Durante la noche bajan las temperaturas de los 0ºC, enfriando las superficies, la posterior aparición de la niebla hace que se vayan depositando las finas gotitas de agua en suspensión en esas superficies, congelandose inmediatamente. Poco a poco se van acumulando más y más gotas formandose por acreción curiosas banderas que crecen apuntando hacia la dirección de donde sopla el viento.
No, la foto de arriba no es decoración navideña…
Afortunadamente la noche nos respetó lo suficiente para poder hacer alguna foto de Júpiter, que poco a poco se va viendo cada vez mejor en estas frías noches otoñales. En la parte superior izquierda se ve asomar por el borde la Gran Mancha Roja.
